Este Invierno Llegarán 45 mil Árboles Frutales para Zona del Megaincendio

Algunos Agricultores ya tienen listos Proyectos de Inversión en Galpones y Preparan Suelos para Replantar Frutales.

En la zona de La Gloria-Coyanco (comuna de Quillón), una de las más afectadas por el megaincendio con que comenzó el 2012, el seremi de Agricultura, José Manuel Rebolledo y un equipo de los servicios del agro recorrieron algunos de los proyectos de recuperación productiva comprometidos por el Gobierno y conoció las inquietudes de los beneficiarios de éstos. En general, se puede señalar que a pesar del gran golpe recibido y que la recuperación será a mediano y largo plazo, puesto que los huertos frutales demoran más de cuatro años para entrar en producción, el ambiente es de conformidad con la respuesta del Gobierno, de optimismo y de mucho trabajo.

La visita comenzó en un predio aledaño al que simbólicamente el Ministro de Agricultura y otras autoridades, el invierno pasado, plantaron los primeros cerezos, en el marco de la reconstrucción productiva y compartieron un cóctel en el alto de las lomas del sector con los lugareños. Se trata del predio de la familia Pérez-Cartes, un huerto en terrazas de poco más de una hectárea que desafía las pendientes y que se beneficia con el microclima frutal que caracteriza a ese sector, donde se cultiva con éxito el palto hass, el cerezo y el nogal, entre otros frutales.

María Torres señala que el fuego les retrasó un proyecto en que habían trabajado muchos años, justo cuando comenzaban a verse los frutos de ese esfuerzo. Se sienten agradecidos de la ayuda inicial y de los proyectos de inversión del Indap que están desarrollando, como el flamante galpón que muestra con orgullo y la reposición total de sus cercos. Pero también nos cuenta que han perdido la fuente de ingresos que les iba a permitir que su hija menor estudiara la educación media el liceo de Chillán. De todas formas, ella y su marido Manuel están contentos con algunos árboles como cerezos, duraznos y olivos que están empezando a crecer y preparan el terreno para recibir entre junio y julio otras 300 plantas de cerezos que les entregará el Gobierno.

En las cercanías, Evelyn Gómez, con un evidente embarazo, que nos cuenta es de ya 9 meses, forma parte de un proyecto Indap post incendio, que consiste en la crianza de pavos. Cada una de las 10 participantes recibió 3 pavas y un pavo, además de capacitación y ya están sacando sus primeras camadas al mercado. Con tecnología adecuada, consistente en manejo e instalaciones, cada hembra puede sacar 15 crías dos veces al año, que esperan comercializar a $18 mil cada una.

Cuenta que también van a recibir 150 cerezos entre junio y julio. En el incendio perdieron más de 600 árboles, pero sólo pidieron que se les entregara un a parte, porque después del incendio sus ingresos son muy inseguros y ellos tienen la obligación de pagar el IVA de las nuevas plantas, conforme a los procedimientos del Indap para estas ayudas.

Igualmente, tienen esperanzas de salir luego del difícil trance y ver recuperarse luego la productividad de las 2,5 hectáreas de laderas de cerro en la cumbre que trabajan.

Otro proyecto que visitó la autoridad regional de Agricultura es un centro de acopio postulado por un comité de 49 productores de cerezas del sector La Gloria, a través del programa Prodesal del Indap. Ya adquirieron el terreno, con financiamiento del mismo instituto, donde se habilitará un radier de 20×8 metros, un patio para estacionar camiones e instalarán una puntera. Se espera que allí se instalen poderes compradores pagando un canon de arriendo y en el futuro postular a fondos CORFO para edificar un centro de comercialización propio, con cámara de frío y una pequeña agroindustria de mermeladas. En conjunto, estos productores cosechan 400 mil kilos de cerezas.

Otro productor, Venicio Bello, recuerda todavía cómo, junto a su hijo, combatió el fuego a inicios del año pasado, utilizando motobombas de riego.

Entre ambos perdieron más de 3 mil cerezos en producción. Señala que por suerte el Gobierno no los ha dejado solos y que la ayuda ha sido oportuna.

Parte de los huertos se han ido recuperando con esfuerzo propio y otro tanto se recuperará con apoyo del Indap. “Yo estoy postulando a un sistema de terrazas y lo que pasó con el fuego ya quedó atrás, ahora hay que recuperarse como sea. Hay que seguir trabajando, los árboles van a demorar como 7 años para volver a producir en pleno y hay que arreglárselas mientras tanto”, puntualizó.

Dificultad de las abruptas pendientes se compensa con microclima frutal. La zona más afectada por el incendio se ubica en la escarpada cordillera de la costa del sector Coyanco. Allí los agricultores desafían la geografía tallando terrazas en las laderas de los cerros, a pala y picota, en unas tierras de cuarzos y cascajos que dificultan la tarea.

Así como el desafío de ganar tierra al cerro es tarea de titanes, el riego que es fundamental para el desarrollo de la fruticultura, no es algo fácil en el sector. Las captaciones se hacen a través de mangueras de PVC que recorren varios kilómetros, desde vertientes, que nacen en determinados sectores altos.

A simple vista se puede apreciar en los cerros ordenados huertos de palta hass y cerezos, porque si bien la tierra y el agua son esquivas en la zona, el clima es extraordinario y permite sacar frutas que no se dan en otras partes de la provincia.

Una de las buenas noticias del programa de emergencia por el incendio, es que para los agricultores de la zona afectada se hizo un concurso especial de riego que podrán aprovechar quienes cuentan con derechos de agua, con el fin que la utilicen con mejor eficiencia, lo que les permitirá hacer crecer la superficie cultivable.